NUESTROS HIJOS, PRESENTE Y FUTURO DEL MUNDO
Hola, amigas:
Estoy segura que no hay nada que nos motive más en la vida, que nos haga luchar por nuestros sueños, que nos aliente a salir adelante y que nos de fortaleza para alcanzar nuestras metas que nuestros hijos… nuestros niños.
Si en algún momento sentimos que claudicamos, quienes tenemos la bendición de ser madres (y también padres, por supuesto), únicamente necesitamos pensar en ellos para que de manera automática se conviertan en el mayor aliciente, y lo que parecía insoportable o hasta imposible se convierte en un reto a vencer.
En virtud de que abril es considerado el “mes de la niñez”, quiero dedicar este artículo a todos ellos: a los niños y niñas que día a día nos entregan su alegría, su inconmensurable amor, su naturalidad, sus ganas de vivir y algo tan espontáneo cuan maravilloso: sus sonrisas desbordantes.
Cuántas veces llega a casa papá o mamá, después de una larga y a veces complicada jornada de trabajo, pero si tiene la bendición de encontrar a sus hijos despiertos, recibe el mejor regalo del día: una sonrisa franca, un fuerte abrazo y muchas veces una buena dosis de curiosidad, que dicho sea de paso, en ocasiones nos pone en aprietos. Ah, porque qué maravilloso es ese gusto que tienen l@s niñ@s por investigar, por saberlo todo, por descubrir el mundo que los rodea; pero entonces surge la gran interrogante: ¿cómo responder a sus innumerables preguntas?, tomando en cuenta que a los pequeños no les satisfacen los grandes discursos, ni las largas explicaciones y en muchas ocasiones sus mil y un “por qué” nos dejan sin aliento o nos ponen contra la pared, preguntándonos ¿y ahora que le contesto? Para reunir toda la información que necesitan, usan los “por qué” como vía natural de aprendizaje y aun cuando en ocasiones sea cansado, los padres y madres debemos sentirnos contentos, ya que con esa conducta de nuestros pequeñines nos están demostrando cuanto confían en nosotros.
La niñez es un tema inagotable que da para hablar y escribir tanto, desde darnos cuenta cómo transforman positivamente el día a día de un hogar, y cómo a los compromisos y responsabilidades ya existentes, se suman otras: la de educar al pequeño y acompañarlo en su desarrollo y crecimiento. Qué decir del lazo indisoluble que en la gran mayoría de los casos existe entre los abuelos y los nietos, ya que éstos ven en sus abuelos a los amigos y guías que se convierten en sus mejores aliados, pues son solidarios, cariñosos, divertidos y en no pocas ocasiones, cómplices de sus travesuras infantiles.
Por lo general, l@s abuel@s disfrutan intensamente de la compañía de sus nietos y viceversa. Estar con ellos es una forma de renovarse, sentirse jóvenes, actualizados y por supuesto, importantes a los ojos de los descendientes; es una retroalimentación sorprendente estar con Tita, Tito, Yaya, o simplemente con “mi abue”.
Hay millones de niños y niñas en el mundo entero. Peques felices, en familias constituidas con sólido núcleo, los que gozan libremente de la vida; pero desafortunadamente existen también millones de niños tristes: no deseados, abandonados, niños que sufren y mueren en guerras, niños que padecen hambre y enfermedades, chiquitos que sufren de explotación, injusticias y analfabetismo.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) fue creado en 1946 para ayudar a los niños de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. En 1953, la Unicef se convirtió en instancia permanente y fundamental dentro de la ONU, encargada de ayudar y proteger los derechos de niños y niñas. Durante más de medio siglo, Unicef ha proporcionado alimento, ropa y atención médica a niños de todo el mundo, y ha intentado satisfacer sus necesidades más elementales. Esta organización es la mayor proveedora de vacunas para los países en desarrollo, trabaja para mejorar la salud y la nutrición de la infancia, la protección de los niños y niñas contra la violencia, la explotación y el VIH/SIDA. La inmunización es materia directa en la que interviene la Unicef, dentro de la cual ha incluido mejoras en la salud de los niños del mundo, por lo menos durante los últimos 20 años. Sin embargo, pese a este esfuerzo, más de 2 millones de niños mueren cada año por enfermedades que pudieron haberse prevenido con la aplicación oportuna de vacunas económicas.
Unicef está financiado en su totalidad, por las contribuciones voluntarias de miles de personas, empresas privadas, fundaciones internacionales y los propios gobiernos de diversos países.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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