Fraternidad y bases cimentadas, hacen que termine feliz mi período: Amezcua

JOSÉ GILBERTO IBÁÑEZ ANGUIANO | Colima | 02/01/2014

*Complacido por concretar el Plan Diocesano Pastoral y lograr la unidad de presbíteros, religiosas y laicos, dice

Monseñor José Luis Amezcua Melgoza afirmó que termina su período como obispo de la Diócesis de Colima felizmente, en un ambiente fraterno y contento por lograr la unidad de los presbíteros, religiosas y laicos.

Agregó que se siente complacido al haber logrado cristalizar el proyecto del Plan Diocesano Pastoral, que se entregó el día 22 de noviembre de este año, con lo que ve concretados los anhelos que beneficiaran en mucho a los presbíteros.

Indicó que visitó muchas parroquias, terracerías y pueblos y estuvo en todo momento al tanto de la formación sacerdotal de los que cursan el seminario, así como la formación permanente de los sacerdotes y de atender la vida religiosa de los consagrados y el pueblo en general.

Expuso que en el tintero siempre se quedarán muchas cosas, pero los colimenses o colimotes, podrán evaluar lo que hizo en su estadía de poco más de ocho años en la Diócesis de Colima y el haber concretado la estancia del Obispo.

Sobre el particular, abundó que hay obras indudablemente que son de valor incalculable y que son del orden espiritual, así como también dijo, que hay obras del orden material.

“Yo creo que una de las obras en la línea material es la Casa del Sacerdote Anciano y Enfermo, que se queda como un buen antecedente de la Diócesis de Colima para todo el tiempo”.

Aseveró que también tiene motivos para alegrarse, porque gracias a la unificación, lograron sacar en la última etapa el Plan Diocesano de Pastoral que recientemente entregó a algunos laicos y que ya hace unos días lo entregaron a los presbíteros.

Añadió que este plan, tiene como objetivo organizar de mejor manera a la Iglesia, para que sea más eficiente y que a corto plazo se puedan ver los frutos reflejados y plasmados cada uno de los anhelos que redundan positivamente en los presbíteros, religiosas y laicos.

Para terminar, el obispo de la Diócesis de Colima, monseñor José Luis Amezcua Melgoza expresó que no todo depende de la gracia de Dios sino también de “nosotros” y les deseo por siempre lo mejor a los colimenses o colimotes que en todo momento le mostraron su cariño ya afecto.