
Aquila, Mich. Este sábado 21 de diciembre, el pueblo nahua de Pómaro fue objeto de una emboscada por parte de policías comunitarios en las inmediaciones de San Pedro Naranjestil, donde los supuestos autodefensas primero atacaron a los comuneros que iban desarmados, con machetes, garrotazos y lanzando piedras, para después desde los cerros colindantes con el camino disparar a la caravana de indígenas desarmados, repeliendo la agresión elementos de la Policía Federal, los que presuntamente causaron dos bajas a los agresores, mismos que al ver la respuesta de las fuerzas armadas, salieron huyendo del lugar.
La sucesión de hechos inició el sábado por la mañana, cuando la Comunidad Indígena de Pómaro tomó la decisión de retirar el bloqueo que mantenían en la carretera costera de Michoacán a la altura de Maruata, para al igual que lo habían hecho el miércoles cuando fueron a la cabecera comunal a hablar con el grupo armado que había entrado a esta localidad, ahora también como pueblo nahua comunicarles a los comunitarios la determinación tomada de rechazar a los grupos de civiles armados en todo su territorio comunal.
Con esta intención, por localidades y anexos de la Comunidad Indígena de Pómaro, se registraron 596 comuneros para ir a San Pedro Naranjestil, junto con indígenas de otras comunidades nahuas que los acompañaron como visores, de manera pacífica y desarmados marcharon rumbo a su destino escoltados por marinos de la Armada de México que encabezaron la caravana integrada por personas de todas las edades, incluidos ancianos, mujeres y niños.
En Tizupa, el punto de la carretera costera de Michoacán de donde parte el camino a la sierra donde se ubica la localidad de San Pedo Naranjestil, se sumaron al resguardo del contingente militares del Ejército Mexicano y elementos de la Policía Federal, decidiéndose que el mando de las fuerzas armadas estaría a cargo de la Marina Armada de México que siguió encabezando la marcha vehicular en la que se transportaban los indígenas nahuas de Pómaro.
Así las cosas, desde la carretera costera se emprendió la marcha hacia San Pedro Naranjestil, encontrándose en el camino, un gran árbol que fue derribado intencionalmente para bloquear el paso, mismo que fue cortado por los marinos con unas moto sierras que ya llevaban especialmente para ello; después se llegó al punto donde los comunitarios tienen trozada la terracería para impedir la entrada o salida de vehículos, colocándose tablones de madera de parota para seguir adelante.
Enseguida, ya casi para llegar al pueblo de San Pedro Naranjestil, las camionetas de los marinos que iban delante de la caravana, se hicieron a un lado del camino y dijeron a los indígenas de Pómaro que siguieran adelante, que ellos los resguardarían desde ahí, empero, una vez que habían pasado casi todos los vehículos de los comuneros nahuas, las unidades de la Armada de México tomaron de regreso al camino, lo que al ser visto por la retaguardia de la marcha, se los reclamó e impidió atravesándoles un carro.
En tanto, los indígenas de Pómaro casi al llegar a San Pedro Naranjestil se encontraron con un bloqueo de la terracería hecho con piedras y ramas, donde un grupo integrado principalmente por mujeres, algunas de ellas identificadas como avecindadas del pueblo al que iban y otras eran desconocidas, al ver llegar la marcha empezaron a gritar “váyanse de aquí indios”, “San Pedro ya no es de Pómaro”, a lo que el comisariado de bienes comunales, Leocadio Tolentino Tolentino, se adelantó del contingente para decirles que iban de manera pacífica a hablar con la gente, empero, fue arteramente agredido con piedras y a garrotazos, así como por un individuo que con un palo con la punta afilada el que esgrimió como lanza, se dejó ir en contra del dirigente comunal al que estuvo a punto de atravesarle el tórax, lo que no sucedió porque la esposa de Leocadio interceptó el ataque que dejó en el pecho del agredido una rasgadura de aproximadamente 20 centímetros.
Por la agresión y al escucharse gritos que pedían agarrar a Leocadio Tolentino, los comuneros entraron a la defensa de su dirigente y también fueron recibidos a pedradas, garrotazos y salieron a relucir algunos machetes del lado de gente San Pedro Naranjestil, armándose una trifulca en donde la mayoría de los indígenas empezó a imponerse, y fue cuando desde el cerro cercano se empezaron a oír disparos de armas de muchos calibres, entre ellas las de alto poder, primero al aire, y después en dirección hacia donde estaba la mayoría de los indígenas de Pómaro que corriendo de regreso, tirados en el suelo y escondidos atrás de los vehículos escuchaban el silbar de las balas.
Continúa…
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