
Continuación…
Aquila, Mich. Ante el ataque, elementos de la Policía Federal que estaban en la retaguardia, corrieron al frente a repeler la agresión disparando hacia el cerro donde estaban emboscados los tiradores de los comunitarios, ocurriendo entonces lo insólito, que el comandante la los marinos, el que iba en retirada del lugar y al que le fue impedido irse por los indígenas de Pómaro, llegó increpando a los policías federales y a un soldado que también estaba repeliendo el ataque, que dejaran de disparar y gritaba textualmente “en eso no quedamos”, “yo tengo el mando”.
En respuesta, el militar que disparó contra los comunitarios dejó de hacerlo, y uno de los policías federales dijo al comandante de los marinos “nos están disparando”, y ante la exigencia continua de que cejaran de disparar, el mismo PF le contestó, “si ustedes no tienen permiso para disparar, nosotros sí” y siguieron repeliendo la agresión, misma que concluyó cuando dos de los tiradores emboscados fueron abatidos.
Al cesar los disparos, fue el caos reinante fue notorio en el ambiente en ambos lados. Por parte de los comunitarios, los tiradores emboscados huyeron corriendo hacia el monte, en tanto que las mujeres que iniciaron la gresca y sus acompañantes escaparon hacia un callejón vecino donde escondidos estaba un grupo de hombres con los que se dirigieron al pueblo de San Pedro Naranjestil, llevando entre su gente a varios heridos que iban sangrando profusamente.
En el lado de los indígenas de Pómaro, la desbandada fue generalizada, la mayoría huyó a pie del lugar de los hechos, escondiéndose algunos en el monte a la orilla del camino, desmayándose varias señoras, ancianas la mayoría; hubo llanto de niños e incluso de hombres; algunas gentes se hincaron a rezar, otras simplemente corrían sin voltear atrás, y varios jóvenes con sus celulares tomaban fotos y videos de lo que pasaba.
El reagrupamiento de la Comunidad Indígena de Pómaro se dio en Tizupan, donde durante algunas horas se bloqueó el paso de la carretera costera de Michoacán, y donde también los comuneros nahuas hicieron un airado reclamo a la Marina Armada de México por su proceder, y sobre todo, por su actitud manifiesta tanto en esta ocasión como cuando el miércoles fueron a la cabecera comunal, de tener comunicación expedita y apoyo hacia los policías comunitarios.
Ahí en Tizupan, los indígenas del pueblo nahua de Pómaro repudiaron al comandante de la marina y le gritaron que se fuera a Lázaro Cárdenas, después el oficial de la Armada de México pedía que se formara una comisión de diez ancianos y el comisariado comunal para llevarlos a San Pedro Naranjestil, pero los comuneros se opusieron llamándolo traidor y diciéndole que si iban corrían el riesgo de que los entregara a la comunidad.
Posteriormente, Leocadio Tolentino y Marciano Isidro, presidente y secretario del pueblo nahua de Pómaro, convocaron y convencieron a los comuneros indígenas a no perder el sentido pacífico de su movilización, y propusieron darle un plazo de ocho días a los gobiernos federal y estatal para recuperar el Estado de Derecho, a lo que el comandante de la marina dijo que era muy poco tiempo, y pidió quince días para entrar e instalar una base de la Armada de México en San Pedro Naranjestil, lo que finalmente fue aceptado con la advertencia de que en caso de no cumplirse lo ofrecido, al día dieciséis, será la comunidad indígena la que tome cartas en el asunto y recupere todo su territorio que le está siendo arrebatado por los comunitarios o grupos de civiles armados.
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