
LA CRISIS ES DE CONFIANZA
Tal vez se han dicho muchas mentiras,
suponiendo que nunca serían demasiadas.
Es innegable: estamos en crisis ¿Qué crisis? Dicen que de seguridad, que económica y política, que de educación, valores y soberanía, que de liderazgo, que por los grupos fácticos del poder como: sindicatos corporativos, empresarios monopolizadores, la desmesurada ambición de la élite católica, el narco con sus sádicas prácticas y su impune crecimiento, aunado al mal ejercicio gubernamental. Una crisis que se alimenta de procesos como la corrupción, el incontenible aumento de la violencia principalmente a causa de la impune criminalidad desbocada por el narcotráfico.
Es evidente que se trata de una crisis general que nos indica que el modelo y la estrategia económica han fracasado. No se ha construido una economía estable y sana ni se ha resuelto el principal problema mexicano: la injusta y cada vez más lacerante desigualdad social que ha llevado a muchos, incluidos menores de edad, a tomar el “camino fácil”. Un análisis más cuidadoso nos dice que se trata de una crisis general con manifestaciones en lo económico, político y también ideológico.
En la vertiente ideológico política, México vive una crisis de confianza. Una pérdida de confianza a las instituciones que no es producto de lo económico, sino al contrario: la crisis económica ha sido el resultado de una crisis de confianza en el gobierno y en sus actos, es decir, en sus políticas públicas. El modelo económico aplicado hasta hoy ha mostrado su incapacidad para resolver los problemas estructurales de México.
Se afirmó que los efectos del modelo se verían a mediano y a largo plazo. Los cambios emprendidos evidentemente solo han ocasionado un endeudamiento sin precedentes en la historia del país, los niveles más bajos en los salarios e ingresos reales y una falta de capacidad para la creación de más y mejores empleos, o sea suficientemente remunerados, un ingreso que nos de acceso a una calidad de vida digna en la que la mayoría gocemos de lo básico, como: Alimentación, salud, vivienda, educación, alimentación y recreación.
En cambio, no ha generado ni una, no para la mayoría, al contrario. Tampoco mantuvo la estabilidad y el indispensable crecimiento y desarrollo social. Las permanentes devaluaciones han destrozado las expectativas atribuidas a ese modelo basado en la entrada de capitales externos vía préstamos al estado, financiamientos bancarios o la abierta expansión de trasnacionales explotadoras de la creciente oferta de una mano de obra barata. Varios factores han influido en la pérdida generalizada de la confianza. El primero, el equívoco lenguaje oficial, caracterizado por lo ambiguo y engañoso, que nos hace suponer un estado de mentira en lugar de uno garante de la certeza y la legalidad.
El gobierno habla de "nivelación" de precios, en vez de alza. Habla de "ajuste" de empleos en vez de despidos. Se "aseguran" propiedades, cuando las expropian. Se "desacelera" en vez de recesión. No se dice desvalorización, sino "modificación en la banda de flotación" del peso, mismo que como Moneda ha sufrido “deslizamientos” y no devaluaciones.
Las declaraciones afirman que las garantías mexicanas para conseguir préstamos de Estados Unidos no van en menoscabo de la "soberanía" del país. Pero consta que aquel Gobierno tiene a cambio, entre otros, "el control de ingresos de venta del petróleo mexicano" lo que no se ha dicho y que para mantener la operación obliga al gobierno mexicano a mantener los incrementos mensuales, mejor conocidos como los “gasolinazos”, pactados hace poco más de una década.
Igualmente se habló de “Guerra”, luego de “combate”, “lucha” y recientemente de “estrategia”, para justificar otra de las condiciones gringas impuestas, llamado “Acuerdo Mérida” un pacto para seguirnos prestando, pero nadie nos dice la verdad, que es una medida para favorecer su industria bélica, para vendernos sus excedentes, las “armas legales” para el ejército y las otras “Rápido y furioso” para el Narco, en la que como “daños colaterales” los mexicanos nos matamos para sumar más de cien mil en un solo sexenio, el pasado, el más sangriento de la historia patria, en esta fundada y creciente crisis de confianza.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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