POR: Pamela de la Vega Tirado
En muchos recintos portuarios, cuando un contenedor requiere revisión, la aduana lo detiene junto con el tractocamión que lo transporta, porque no existe una zona habilitada para dejar el contenedor y liberar la unidad. Esta omisión logística tiene un costo altísimo… pero no para quien toma la decisión.
Estas revisiones pueden durar varios días o incluso más de una semana, y mientras tanto la unidad queda detenida. Aun cuando el cliente asume el costo de la demora, el verdadero impacto lo absorben las empresas transportistas, especialmente las pequeñas, que con solo 2 o 3 unidades no pueden darse el lujo de tener una detenida indefinidamente.
Pierden compromisos con otros clientes.
Pierden ingresos.
Pierden reputación.
Y en muchos casos, también pierden la batalla contra la desigualdad del sistema.
Las empresas de transporte no son parte de la investigación, pero terminan siendo las más afectadas. Urge que las autoridades aduaneras habiliten zonas de resguardo para contenedores bajo revisión, y que asuman los costos logísticos derivados de sus propios procedimientos, sin trasladarlos automáticamente al eslabón más frágil de la cadena.
Este llamado no es solo por justicia, sino por eficiencia. Si queremos un sistema logístico funcional, equitativo y competitivo, necesitamos empezar por respetar el trabajo de quienes lo sostienen día a día.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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