EL APEGO, ENFERMIZO Y NOCIVO
Hola, amig@s:
Por nuestra propia naturaleza humana, la gran mayoría de personas solemos dedicar una parte importante de nuestro de tiempo y esfuerzo a la tarea de acumular. Tratamos de acumular dinero, propiedades -muebles e inmuebles-, poder y en ocasiones, hasta personas. Hacemos mil malabares, vamos de aquí para allá, llegamos a ser capaces de pagar cualquier precio con tal de obtener el éxito, dinero o inclusive a alguien.
Cuántas veces hemos deseado tener una bola de cristal para adivinar el futuro y de esa manera asegurar lo que tanto nos obsesiona. En muchas ocasiones hasta nos cuestionamos si es suficiente lo que tenemos o debemos poseer más.
Los deseos constituyen en algún sentido el motor de nuestra existencia, pero también pueden convertirse en una trampa que ahogue nuestra libertad.
El verdadero problema viene cuando en ese afán (muchas veces enfermizo) de conseguir todo lo que nos hemos propuesto, no nos queda tiempo y margen para vivir y disfrutar de esas preciadas cosas por las que tanto hemos trabajado, o peor aún cuando derivado de esas posesiones vivimos intranquilos sintiendo miedo de perder algo de lo que hemos conseguido.
El apego a las personas o a los bienes materiales está encadenado a las emociones, no se puede negar que todos afrontamos las pruebas del apego, pero ¿cómo y de dónde nos llegan? Generalmente es una ancestral cuestión de cultura, del entorno social o de nosotros mismos, de nuestra propia programación, consecuencia de todo lo que recibimos desde nuestra infancia.
No obstante, siempre tenemos la opción de elegir y pese a esa programación, podemos re-aprender y liberarnos del apego. Es tan sencillo como ver a nuestro alrededor y observar como miles de personas viven sin eso que se supone brinda la felicidad… y si revisamos nuestro pasado, seguramente encontraremos algo que en un momento dado creímos era insustituible y que el tiempo, demostró que no era así.
Cualquier apego nos hace sufrir, me refiero a todo aquello que nos ata, obsesiona y esclaviza, que nos impide lograr una felicidad plena, se dan casos en los que las personas estamos tan apegados a algo que nos impide darnos cuenta y descubrir que la verdadera felicidad se encuentra en nuestro interior y esto evita el verdadero crecimiento espiritual.
Hay que pensar que todo objeto perecedero es una ilusión; de esa manera evitaremos los insanos apegos y nos permitirá tomar conciencia que perder dinero o poder, perder el afecto de alguien, perder reconocimiento, es doloroso, pero debemos saber que no se nos va la vida en ello.
Eliminar el sufrimiento que produce el apego nos permite vivir una vida equilibrada y lograr que el alma trascienda en libertad. A tod@s ustedes les deseo que Dios les Bendiga y les recuerdo que ahora es el momento de ser felices…. ¡Hagámoslo!
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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