
CALENDARIO ESCOLAR 2018-2019: ORGANICÉMONOS CON TIEMPO
La semana pasada se dieron a conocer de manera oficial los dos calendarios oficiales (uno de 185 días y otro de 195) que regirán las actividades escolares en preescolar, primaria y secundaria. La elección que haga cada escuela, de uno u otro, es determinada según sus necesidades específicas y bajo el consenso del Consejo Técnico Escolar, del Consejo de Participación Social y de la Sociedad de Padres de Familia de cada escuela. A simple vista pareciera que los que elijan el de 185 días trabajarán menos, pero la realidad es que ambos calendarios tienen contempladas el mismo número de horas lectivas, con la diferencia de que tienen una organización distinta en la dosificación; por ejemplo, las escuelas que escogen el de 185 días tienen que contemplar la implementación de un proyecto innovador que proponga la escuela o un proyecto dedicado a alumnos focalizados o la puesta en marcha de la escuela de verano, opciones todas que benefician directamente al alumnado.
Una novedad en ambos calendarios es que se estipulan por primera vez, de manera oficial, las fechas de “junta para entrega de boletas” (como solemos llamarle, entre los padres de familia, a ese tipo de reuniones). El Nuevo Modelo Educativo ha reducido a 3 los periodos de evaluación, que hasta este ciclo que termina eran 5. Ahora habrá solamente tres y en los últimos días hábiles de cada periodo será la “entrega de Reportes de Evaluación a los padres de familia o tutores”; entonces, todos aquellos que tenemos hijos en educación básica tenemos por ahora dos tareas importantes: a) preguntar a la escuela de nuestro hijos cuál calendario regirá ahí y b) imprimir o solicitar copia de dicho calendario para visualizar fechas de consejo técnico, de vacaciones (incluidos las suspensiones de clases y los injustificables pero tradicionales “puentes”), pero sobre todo, las fechas en que seremos requeridos por la escuela para informarnos sobre el aprovechamiento escolar de nuestros hijos. Ahora tendremos el tiempo suficiente para planificar el permiso ante nuestros trabajos y si además procede la iniciativa de que por ley los trabajadores tengan derecho y permiso para asistir a esas reuniones, pues entonces fluirá mejor el dialogo entre maestros y padres de familia.
En verdad que no debemos ignorar o minimizar las ventajas de conocer el calendario escolar; lamentablemente en nuestra cultura mexicana no tenemos (pero debemos aprender) la costumbre de agendar, es más, las agendas que se regalan en navidad o inicio de año suelen terminar en blanco porque estamos acostumbrados a hacer las cosas “al vapor”, sin planificar, y estamos también acostumbrados a que muchas veces lo ya planeado puede fácilmente cancelarse o modificarse. Diferencia abismal entre nuestra cultura y los países exitosos o llamados de primer mundo: ellos planifican hasta las visitas a casa del vecino (y no exagero), entonces ni se diga en cuestiones de actividades escolares, pues estas se planean con mucha anticipación y no hay recordatorios, ni mucho menos el pretexto de “se me olvidó”, porque eso es además de una descortesía una muestra de irresponsabilidad, actitudes ambas que no merecen nuestros hijos y menos ahora que podremos organizarnos con anticipación.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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