LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 22/05/2016

LOS PRIMEROS 100 DÍAS…

El sábado 21 de mayo se cumplieron los primeros cien días de gobierno de José Ignacio Peralta como Gobernador Constitucional del Estado de Colima, una fecha y condición toral que en otro tiempo obligaba o por lo menos esa fue la costumbre de los últimos cinco gobernadores que, como recuerdo, con una serie de acciones, generalmente las que atendían demandas sentidas, le daban certidumbre y legitimidad a lo que sería el resto del ejercicio; así, se recuerdan frases como aquella de: “Cien días, cien compromisos cumplidos”, “La marcha de los cien días”, “Los primeros cien”, “Cien días, 100 acciones” y otras similares que, reitero, abonaban a fortalecer la confianza social en quienes en su oportunidad estuvo el destino de nuestra Entidad y a los que sus hechos, la gente y la historia ya juzgó.

Ya pasaron cien días y contando, y si bien es cierto que aunque Nacho ha enfrentado escenarios inéditamente complicados tanto en lo social como en lo político y en lo económico, debemos reconocer que cada sexenio ha tenido lo suyo y cada quien lo ha enfrentado como ha podido teniendo en claro que el poder Ejecutivo no es para cualquiera; no obstante, la mayoría de los habitantes del Estado cree que José Ignacio puede resolver eso, confía en él, en él puso su futuro y esperanzas como respuesta a lo que él ofreció en campaña, así convenció y así ganó el derecho a gobernar una Entidad que con sus singularidades, no es diferente a las otras en este momento, cuando en su mayoría presentan problemáticas similares en prácticamente los mismos rubros, hablando de seguridad, empleo, finanzas y gobernabilidad.

Colima, según ha trascendido, votó por la efectiva posibilidad de tener a un Gobernador independiente en sus aspiraciones, autónomo en sus decisiones, ecuánime en sus acciones, plural en sus concepciones y transparente en sus actuaciones, por un gobernante hecho y derecho, libre, sin herencias malditas, ajeno a enfermizas influencias, intolerante a infectos nepotismos, distante de perniciosos padrinazgos, apartado a decadentes consejas y muy por encima de retrógradas apreciaciones. A estos días, sin lugar a dudas cada colimense tiene ya su propia percepción, su interpretación del resultado de su voto. La mayoría confía en que no se equivocó, porque el 17 de enero Nacho significó la garantía en el restablecimiento de la estabilidad económica, de la calidad de vida y de la seguridad pública, perdidas paulatinamente. El compromiso no es menor, la expectativa fue de la misma proporción, los resultados deben ser iguales.

RECADITO 1: AZUL OPACO. Con más yerros y torpezas que aciertos ¿Cuáles? y muy contraria a su discurso que sin excepción se ha caracterizado por su doblez, la cuestionada mayoría panista en el Congreso solo ha servido, contrario a lo que se esperaba, para servirse y de paso para entorpecer, torcer y enredar todos y cada uno de los procesos en los que se ha visto involucrada desde el primer día de octubre, hace ya siete meses, en que tomaron posesión; largo sería enlistar las fundadamente criticadas prácticas y para muestra su última pifia, la pretendida modificación a la Ley de Transparencia vigente en su fracción quinta, artículo 13, con lo que se chamaqueó a la mayoría de tribunos y alguien, protegiendo evidentes intereses extramuros, trató de pasarse de vivo con el resto de colimenses, condición turbia blanquiazul que como se ve vendrá a complicarse aún más con sus inocultables aunque negadas pugnas internas y más aún ahora que de manera parcial el grupo que tras sus personeros encabeza el secretario del CDE, quien, como oportunamente lo consigné, continuará haciendo todo lo no permitido para seguirse adueñando del PAN, dejando claro que él no negocia ni concede, él impone, manda y dispone. Así de fácil y eso lo veremos, por lo pronto ya reiteró su amenaza de correr a los que calificó como traidores.

RECADITO 2: “QUIEN NADA DEBE, NADA TEME”. Ese y otros dichos aplicables son los que al parecer han obviado el exgobernador del Estado y varios de sus presuntos favorecidos colaboradores, quienes con una argucia legaloide ni tardos ni perezosos ya promovieron sendos amparos que eventualmente los protegerán y que de fondo, como se ve, solo buscan (con sus aliados y simuladores panistas en el legislativo y en el CDE azul), retardar hasta su prescripción legal la resolución en su contra para el deslinde de responsabilidades, establecimiento de sanciones y efectivo castigo, luego del juicio político que desde su salida la vox populi clama y exige contra ellos y sus posibles favorecidos.