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NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 20/01/2012

¿PROTECCION CIVIL?

Hoy, hará 9 años de aquel grave acontecimiento que sin duda nos marcó para siempre, eran las 20:06 horas local cuando ocurrió el sismo, con epicentro localizado frente a las costas del Estado de Colima, a la altura de Cuyutlán, en el Municipio de Armería, según datos científicos a una profundidad de 10 kms., con una duración aproximada de un minuto y 26 segundos y una magnitud de 7.6 grados en la escala de Richter, a causa del movimiento convergente, de choque, entre las placas, la de Cocos y la norteamericana.

Luego del primer reporte, el corte final reveló la muerte de 89 personas y el registro en hospitales de 300 heridos, con 10 mil viviendas afectadas y daños momentáneos en la red eléctrica y de comunicaciones, principalmente en las ciudades de Colima y Villa de Álvarez, además de las localidades de Pueblo Juárez y Coquimatlán, en su cabecera, así como Zacualpan.

Dicho sismo también se sintió, según el reportes en Aguascalientes, México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos, Puebla, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas y el Distrito Federal, con varias réplicas sísmicas de entre 3.7 y 5.8 grados Richter que se extendieron hasta el 28 de enero de aquel fatídico año de 2003.

Entre los daños materiales se contó en manzanillo el derrumbe del edificio federal y el hospital del IMSS que sufrió daños irreversibles en toda su estructura., por lo que quedo inhabilitado para dar servicio. En la ciudad de Colima la clínica del ISSSTE quedó provisionalmente inhabilitada; alrededor de 10 escuelas fueron derrumbadas, 3 de ellas en la capital Colima y 220 de las 703 escuelas primarias y secundarias que había en el estado sufrieron algún nivel de deterioro.

Con esta realidad muchas cosas han pasado desde entonces, en un contexto natural como el nuestro, de Colima, donde no nos debe quedar duda que como sociedad hemos venido avanzando, con Jova lo acabamos de comprobar, ya que de las víctimas fatales que tristemente se dieron y que sin duda aún nos significan dolor, fueron mínimas comparadas con las que en otro momento hubiéramos tenido que lamentar. Tal y como ocurrió con aquel sismo de hace 9 años, en el que gracias a nuestra conciencia de autoprotección poco ocurrió comparado con lo que pudo haber sido.

En ese sentido, cabe reconocer las iniciativas tenidas del legislativo como la del decreto 90 que declaró a esta fecha, 21 de enero, como la del Día de la Protección Civil, mismo en el que se obliga a realizar una ceremonia alusiva y en dicho marco reconocer a quienes se hayan destacado por su actitud benefactora hacia los demás, sean individuos o instituciones, decisión que con su participación ha significado el titular del Poder Ejecutivo junto con los ayuntamientos.

Acción con la que se afirma la conciencia colectiva que debemos tener sobre la protección civil, puesto que si bien el Estado tiene la obligación de proteger la vida, la libertad, las posesiones y derechos de las y los ciudadanos, Protección Civil somos todos, dado que más que un concepto o responsabilidad del Gobierno, como a veces se cree, se debe concebir como un todo articulado establecido entre las dependencias públicas con organizaciones de la sociedad civil, para juntos accionar la salvaguarda de todos.

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